domingo, abril 03, 2011

Nadie se paró a contemplar la escena en la que un precioso niño cortaba a sus enemigos  a certeros tajos con su espada del más templado y afilado neón.  Rodaban las cabezas  y demás piezas anatómicas al experto ritmo digital de la luminosa escabechina. Pero la escena no interesaba a nadie, absolutamente a nadie....  esperé un rato para ver si a alguien de ese público que venía al recinto a adquirir cultura... se interesara por la escena... pero ni un@.... Ni la más mínima sensibilidad al respecto.... Mientras el niño sigue con la matanza, a un lado, pasan personajes obsesionados con las microtecnologias de la comunicación planetaria, con los sonidos envolventes, con los pixeles y las pulgadas y por el otro, el grupo de los ceños fruncidos, que si no hay ninguna tara física de fondo, indica profundidad intelectual, ojeando/hojeando los libros sobre las importantes problemáticas de nuestro tiempo... al cabo de un buen rato, el padre viene a recoger al hijo... que, si entró en el campamento cultural de microsoldado raso, se lo lleva, gracias al ocio indoctrinante y a la e-masacre perpetrada, por lo menos, de microcabo de la microtropa imperial. Da la impresión, de que como si a mucha gente le fallara la sensibilidad wifi... tendrían que cambiar de  proveedor de contenidos.

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