Gente deliciosamente colaboradora nos trae, al stand, frente al Obelisco, comidas no perecederas.... y diariamente repartimos unos 50 kg. de alimentos entre los chicos senegaleses de la venta ambulante, que tras la jornada de comercio peripatético recogen en el stand una bolsa con comida que les asegura el sustento diario sin tener que gastar los pocos euros que van a servir para ayudar a su mpadres y herman@s en Senegal, que solo para eso arriesgaron su vida viniendo aquí. Desde el otro lado del mostrador, vemos dos tipos de caras, ambas idénticas, felices y maravillosas, las de las gentes que nos traen los alimentos ... y las de los chicos que los reciben. Besos para todos los lados.
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